miércoles, 8 de junio de 2011

MERECE LA PENA HABERTE CONOCIDO




No habría mejor ocasión que la celebración del Día Nacional del Donante para destacar la figura de Francisco Hernández Benito, “alma pater” de la Asociación para la lucha contra las enfermedades renales de Salamanca, ALCER, desde sus inicios allá por 1977. Los enfermos renales de Salamanca han tenido la magnífica suerte de contar con esta personalidad arrolladora que, desde los quince años, tuvo la fatalidad de sufrir una insuficiencia renal crónica . Aquellos tiempos pasados no fueron mejores como dice el verso, pues las sesiones de hemodiálisis se alargaban durante 8 ó 10 horas.
Hoy apenas son 4 horas y media.
Paco, como todo el mundo lo conoce, es el segundo de catorce hermanos, que se planteó como principal reto la creación de ALCER en Salamanca con el fin de vigilar y luchar constantemente por el bienestar y la fraternidad de todos los enfermos que padecían esta compleja enfermedad; consiguiendo efectivamente una familia muy numerosa que nunca se siente sola.
Una constante en su vida ha sido la preocupación por el bien y la felicidad de los demás antes que la suya propia. Un muchacho que hace cincuenta y siete años nació en la calle de La Palma, número 82 –zona castiza de Salamanca donde las haya–-contempla sistemáticamente la llegada de hermanos a su hogar; pero fue él, “Paquito”, el que tuvo que lidiar con la insuficiencia renal y la diálisis. Sus hermanos, castizos también donde los haya, se hicieron las pruebas pertinentes para donarle un riñón, siendo su hermana Upe la única que presentaba mayor identidad con Paco.
Tras cuarenta años de avatares, desde que en 1971 padeciera la insuficiencia renal pasando por ocho años de tratamiento dialítico, a los que sigue la donación y trasplante del riñón de uno de sus hermanos, hasta noviembre de 1997 en que rechaza su trasplante y vuelve a hemodiálisis para recibir nuevamente un riñón -esta vez de cadáver-, en septiembre de 2001; podemos decir que actualmente disfruta de una buena calidad de vida.
Con esa manera suya de desvivirse por los demás va quemando etapas de la vida, siempre marcadas por la atención y el desvelo por los demás, sin tener nunca en cuenta la procedencia de cada cual. Una cualidad que ha caracterizado a Paco ha sido la transmisión de alegría y buen humor. Donde esté él, no queda ningún hueco para la soledad ni para la tristeza, estos valores han jalonado su recorrido vital, que a día de hoy mantiene los mismos principios del hombre cabal al que todos los enfermos renales de Salamanca han conocido y agradecen, desde esta pequeña biografía, su incansable ánimo y buen humor para todos y para siempre.
A raíz de su jubilación en la Copistería Ope –que él creó–, en 1979/1980 y después de acumular esfuerzos, sinsabores y también buena química hacia sus compañeros de trabajo, es justo llamar la atención sobre un tipo soñador que ha llevado a cabo la mayor parte de sus ilusiones.
Por tanto, podemos afirmar sin ningún género de duda, que estamos ante un corredor de fondo y pionero en cosas excelentes: en el tratamiento de hemodiálisis en Salamanca, pionero en la Asociación ALCER Salamanca, pionero en la creación de un centro de trabajo con la participación de personas discapacitadas que, por consiguiente, dejaban atrás una vida de marginación involuntaria.
Ha merecido la pena escribir y sobre todo compartir este recorrido a través de su vida y de sus hechos.

Marisa, Miriam y todas tus incondicionales

1 comentario:

  1. Enhorabuena por el documento,yo tambien tengo el placer de conocer a "Paquito" ,es una persona maravillosa y luchadora.
    Queria dejar constancia y decir que mil gracias a todas esas personas que hacen posible la Donacion.
    1 saludo para ALCER

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