viernes, 6 de abril de 2012

Los pregrinos de ALCER comienzan el Camino Primitivo de Santiago

Los pasados días 17,18 y 19 de marzo, el grupo de peregrinos de ALCER continuó con las etapas del Camino de Santiago, esta vez fueron a hacer 3 etapas por el llamado Camino Primitivo, que transcurre por Asturias y enlaza con el francés en Melide. Partieron desde la capital, Oviedo, 11 caminantes (Paco, Marga, Carmen, Meyos, Juan, Nemesio, Luismi, Pilar, Casi, Pili y Javi).
La primera etapa nos llevaría hasta la localidad de Grado, fueron en torno a 25 kms atravesando preciosos valles, salpicados de casitas y granjas por todas partes. La lluvia fue una desagradable compañera de viaje durante buena parte de la etapa, lo cierto es que no nos abandonó en los tres días. Antes de comenzar a caminar, José, el chófer, porque esta vez fuimos en autobús, de la empresa Gaspar, nos subió hasta el monte Naranjo, al lado de Oviedo, donde pudimos visitar las iglesias de Santa María del Naranco y S. Miguel de Lillo, la nueva y la vieja, dos preciosos exponentes del prerrománico asturiano. La etapa la terminamos bastante tarde, algunos más que otros porque nos desorientamos del camino correcto y aparecimos en otro pueblo, Trubia, que quedaba algo más retirado por lo que el retraso fue considerable.
Dormimos en el albergue de Villapañada, estaba situado en lo alto de un monte, abajo en la falda quedaba Grado. Su hospitalero se llamaba Domingo, para nosotros Juan “El golosinas” porque tenía cierto parecido, o al menos así nos parecía, con semejante famoso, muy amigo de la familia Flores. Domingo es un tipo simpático, muy afable, que nos contaba historias del camino, de las etapas y de aquellos contornos, también conocía bastante bien Salamanca y su provincia, le invitamos a cenar de nuestros hornazos y lo cierto es que le gustaron bastante. Nos comentó que había un monte cercano desde el que se veía un paisaje espectacular de los valles con sus pueblecitos iluminados y del cielo, plagado de estrellas, se ofreció a llevarnos esa noche con su coche y algunos cuantos, los más atrevidos, o menos cansados, decidieron acompañarle. Domingo no les defraudó, vinieron encantados de las preciosas vistas y de lo interesante de sus explicaciones.
La segunda etapa nos llevó hasta la localidad de Salas, otro pueblo grande de la zona, a medio camino pasamos por Cornellana un pueblo muy famoso por ser donde hacen el concurso de pesca del “Campanu” que así se llama al primer salmón que pescan de la temporada y que alcanza fuertes sumas de dinero en la subasta. En Cornellana la parada fue bastante larga, la ocasión así lo merecía, había un gran ambiente de gente y por el “Campanu” de este año, que dicho sea de paso era un magnífico ejemplar de unos siete kilos llegaron a pujar 6.000 Euros. ¡Qué burrada! Bueno, son tradiciones…
En Salas cenamos todos juntos en un bar, los restos de hornazos que aún nos quedaban, incluso José, nuestro chófer, y Mar su pareja, nos acompañaron a la mesa. Terminamos de ver el partido del Madrid, que por cierto empató, para alegría del chófer, que es culé, y nos fuimos a dormir que el cansancio ya a esas horas era más que evidente.
La tercera etapa era hasta Tineo, otro precioso pueblo asturiano, situado en un valle, y que ese día acogía una feria, por lo que estaba bastante animado de gente. Fue creo, la etapa más dura de las tres, para empezar, una subida prolongada de varios kms atravesando un precioso bosque donde la lluvia no tardó en hacer acto de presencia y ya casi no nos abandonaría en todo el día. Atravesamos pequeñas granjas y sorteamos valles, plagados de vacas. Los caminos estaban completamente embarrados lo cual dificultaba bastante nuestro ritmo de ruta. Llegamos todos bastante cansados a Tineo, no en vano, el cansancio de los tres días se había acumulado en nuestras piernas, unido a la desagradable humedad. El premio fue una imponente fabada que nos metimos entre pecho y espalda que nos supo a todos a gloria.
En conclusión, que han sido tres días duros, intensos, pero magníficos para desconectar de la vida cotidiana y para disfrutar de la amistad, del compañerismo y sentirse libre y vivo. Esperamos volver pronto. ¡Saludos!
Francisco Javier Diego López








Como se puede ver por las imagenes, no falto belleza, sufrimiento, amistad y diversion.

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